• INCIERTAS FILMACIONES. FLASH BACK TRES
Durante  esta parte de la evocación he hablado  de toda una serie de creadores por sus influencias directas. O de la obra de cineastas próximos.  Quisiera referirme ahora a un periodo que vino un poco más tarde y que supuso la apertura de otros horizontes fílmicos y su poso nutricional: la llegada a Barcelona en el 75 de la Filmoteca Nacional.
Alrededor del que fuera  su responsable, el hoy pintor Ramón Herreros, se creó un incipiente  equipo que nos encargábamos de la programación, las publicaciones y la formación de un archivo que hoy es la Biblioteca de la Filmoteca de Catalunya.

De nuevo recurro a las líneas que escribí para el libro colectivo sobre la “pre-movida” barcelonesa.

...la aparición de la Filmoteca en su primera sede de la calle Mercaders, aportó algo de oxígeno. Por ella comenzaron a desfilar cineastas que no tenían cabida en los circuitos comerciales. Y sobre todo, se veían films que sorteaban , con la manga ancha y ambigua de la pre-transición, la durísima censura.
Imagen de época n. 1: los grises de la cercana jefatura de Via Laietana poniendo orden en la inmensa cola formada ante la entrada  de la Filmoteca. No era la Revolución, era la primera proyección barcelonesa de la ROMA (1972)  de Fellini
Desde Marcel Hanoun y sus LE PRINTEMPS (1970) o L´AUTOMNE (1972), pasando por Carmelo Bene y su provocadora SALOME (1972), hasta documentalistas como Robert Kramer, o la recién llegada al mundo del cine Marguerite Duras y su INDIA SONG-1-2 (1975). Autores más incalificables como Werner Schroeder y su DER TOD DER MARIA MALIBRAN (1971) y  Stephen Dwskin, (CENTRAL BAZAAR (1975) Philippe Garrel  (LA CICATRICE INTERIEURE 1972) o Rosa von Praheim y su cine provocador fueron apareciendo con sus películas bajo el brazo. Se establecían debates y coloquios y se iniciaba una modesta línea de publicaciones sobre cineastas de obra desconocida hasta entonces.
Portugal acababa de salir de la dictadura y Rui Simoes presentó DEU PATRIA AUTORIDADE (1976) un duro alegato documental sobre  los años oscuros del país vecino.
Uno de los personajes más interesantes que pasaron en aquella época por la Filmoteca fue un cineasta de gran fuste y hoy bastante olvidado: Hans Jurgen Sybeberg, alemán de lo que entonces se llamaba el Este. Un postbrehctiano,  fundamentalmente autor  de una inquietante y autodenominada “triología alemana”  que va desde LUDWIG, REQUIEN POR UN REY VIRGEN  (1972) –el tronado rey bávaro- pasando por  el escritor KARL MAY (1974), hasta HITLER, UN FILM DE ALEMANIA, (1976) un complejo retrato de siete  horas. Contundentes materiales con los que ajustó cuentas a su país, tan atravesado por los demonios de la historia.

Siguiendo la  evocación de films y cineastas que iban dejando poso recuerdo la proyección  de un film de culto, bastante prohibido entonces como PINK FLAMINGOS (1972) de John Waters y todo
lo que debió de significar aquel universo de locas sicópatas para las posteriores fantasías almodovarianas y otras.

Además de todos los citados, por la Filmoteca desfilaron otros cineastas siempre difíciles de situar, pero con la constante de la imaginación transgresora. Celestino Coronado ayudante de dirección de la compañía de Lindsay Kemp, que traía un disparatado HAMLET (1977). Igualmente en alguno de aquellos años aterrizó por la calle Mercaders con sus bobinas Adolfo Arrieta, cineasta afincado en
 París,   que presentó  LAS INTRIGAS DE SYLVIA COUSKI (1974) TAM TAM(1976)  o FLAMEES (1978).

(A propósito de todo esto hago aquí un paréntesis para cerrar un ciclo que ya se iba acabando. A finales de los setenta, en el  Saló Diana  en pleno “barrio chino”, un tal Pedro Almodovar, a la sazón empleado de telefónica, proyecta un corto titulado FOLLE,  FOLLE,  FOLLEME... TIM (1978) rodado en super 8, haciendo él en vivo la banda sonora para regocijo del respetable  y paralelamente, un tal Jose Ocaña paseaba travestido por las Ramblas para ser filmado por la cámara de Ventura Pons en OCAÑA RETRAT  INTERMITENT del mismo año)

La llegad de los ochenta marcará,  de alguna manera,  el inicio de una nueva época del audiovisual.
Es quizás el “canto del cisne” de los soportes químicos.
Inmediatamente después la aparición del video, tanto para la reproducción como para  la realización, significará el comienzo de grandes transformaciones.
En tiempos más recientes la llegada  de lo “digital” y  sobre todo de un instrumento que ni siquiera soñó la ciencia ficción, como es Internet, abre nuevas vías y sobre todo nuevas interrogantes.
Pero  diré, abusando de lo que me temo que  ha comenzado a ser  una coletilla: ESTO ES YA OTRA HISTORIA.

Jesús Garay